David y Goliat, en sentido empresarial, en plena batalla por la captación y retención del talento. Y es que una importante consultora tecnológica –Goliat-, fusionada hace relativamente poco, podría haberse visto obligada a pactar con una empresa más “modesta” –David-, dedicada a la digitalización de documentos, para que esta última deje de captar el talento humano de la primera. Lo mejor de todo es que se trata de una relación cliente-proveedor, y ambos estarían embarcados en un importante proyecto de digitalización.
Esta historia demuestra que, en la actualidad, una imagen de prestigio no soluciona por sí misma los problemas habituales de captación y retención del talento; hace falta algo más…
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