La cosa está que arde, todo paralizado. ¿El motivo?, la salida de la anterior máxima responsable de los recursos humanos de la compañía hacia otra empresa pública. ¿El segundo motivo?, las próximas elecciones generales.
Y mientras, los empleados desayunan entre protestas, y el gran público recibiendo un servicio que deja mucho que desear. Y es que la política siempre acaba afectando a los servicios más básicos… y a los recursos humanos
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