Todo ocurrió en una reciente feria de recursos humanos. Además de los consabidos stands en los que los expositores ofrecen sus productos y servicios a los visitantes, se desarrollaron, a lo largo de los dos días que duró el evento, diversas ponencias en las que profesionales de distintos sectores y actividades de los recursos humanos hablaron sobre temas de interés y actualidad.
Este personaje, a parte de batir un record de asistentes con esa media docena, paso la media hora que duró su disertación intentando vender las excelencias de sus productos, mientras se le notaba absolutamente decepcionado por la escasa afluencia de espectadores que había sido capaz de atraer.
Mucho más, si se compara con otros conferenciantes, que no sólo llenaron todas las sillas del auditorio sino que, incluso, mucha gente se quedó de pie escuchando.
Y es que los temas y los ponentes tienen que ser atractivos para evitar que las sillas se quedan vacías.
Los comentarios están cerrados.