No es un tema agradable, ni para unos, ni para otros, pero la historia sucedió tal y como la contamos: un grupo de consultores se plantó ante su superior debido al escaso aseo que éste mantenía a diario.
Las quejas llegaron hasta el máximo dirigente de la compañía, que tuvo que intervenir para evitar males mayores y arreglar un conflicto que, a día de hoy, no está del todo solucionado, máxime cuando las quejas se ampliaron con algunos clientes que pedían que dicha persona no acudiese a reuniones y proyectos.
Desde luego, la historia no huele nada bien.
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