Un proceso de selección de varios meses de duración, para director general de importante multinacional, resultó completamente inútil cuando el candidato elegido fue “contraofertado” por su despechada empresa, conocida consultora de recursos humanos. Esto sucedía el mismo día de su incorporación al nuevo puesto, con el contrato ya firmado.
La empresa contratante, líder mundial en su ámbito de actuación, no salía de su asombro, preguntándose si esta manera de actuar era habitual entre los directivos de nuestro país.
Ya se sabe, lo malo conocido a veces es mejor que lo bueno por conocer, sobre todo con dinero de por medio.
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