Parece ser que la fama le precede. Muchos todavía recuerdan, con pavor, cuando se le oía venir por el pasillo y no se atrevían a levantar la cabeza de los papeles para no ser regañados. Por estas cosas del pasado, y otras cosas del presente, los que están "justo por debajo de él" le han pedido que aparezca lo menos posible por la oficina, para evitar "malos rollos" entre la plantilla.
Y eso que le encanta cuando los más "respetuosos" hacen una especie de leve genuflexión a su paso.
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