Poco inteligente medida la de ofrecer descuentos a los empleados para luego descontar los importes descontados de la nómina. Yo, papá empresa, te ofrezco que viajes a destinos fabulosos con descuentos que nadie te va a ofrecer fuera de los límites de la organización. Sin embargo, la letra pequeña esconde un desagradable detalle: el importe de esos descuentos serán descontados, a su vez, de la nómina del trabajador. No hace falta tener vista de águila para ver que esta práctica es, como poco, de dudosa ética.
Claro está, una vez conocidas las artimañas ya nadie cae en la trampa. Lo que sí se dice es que el “descontador” que te lo descuente, buen “descontador” será. Si esto lo hacen con los empleados, qué no harán con los clientes. Que viajen con la competencia.
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