Su afición por escribir le lleva a inundar, diariamente, los periódicos, revistas, emisoras de radio, canales de televisión de sus artículos y comentarios, con la ilusa intención de que se los publiquen, para mayor gloria de su empresa y de si mismo.
Una buena selección por parte de los redactores de estos medios hace que, a pesar del bombardeo diario del que son objeto los emails y los faxes de todas las redacciones, pocos se atrevan a publicar los escritos del llamado Plasta Ilustrado que, entre otras cosas, carecen de lo que en gramática y ortografía se conoce como un adecuado uso de los signos de puntuación.
Eso si, él se cree un gurú
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