La famosa frasecita “usted no sabe con quién está hablando” se la “soltaron” a un representante de un gran grupo de comunicación, que de un bocado hubiera podido zampárselos si así lo hubiera querido, pero la educación y elegancia de este estaba, sin duda, a años luz de la de la representante de la mencionada fundación.
Y es que el estilo de liderazgo, caduco y trasnochado, de los miembros de esta fundación sigue haciendo “amigos” allá por donde pasa.
En esta ocasión, según cuenta nuestro confidente, el problema podía deberse a una falta de previsión de nuestros “importantes y altaneros” protagonistas, o sea, a un trabajo mal hecho, y a la intención de arreglarlo por la vía del “usted no sabe con quién está hablando”.
Lo que debería tener en cuenta esta fundación es que la cantidad de veces que se pronuncia la famosa frase “usted no sabe con quién está hablando” suele ser inversamente proporcional a la importancia que realmente tiene el que la pronuncia.
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