No somos quienes para juzgar a nadie por su manera de vestir, ni siquiera pensamos que la ropa influya en el rendimiento o productividad de un trabajador, pero la historia es real. Sus llamativas corbatas, camisas e indumentaria profesional, en general, le hacen a este empleado de consultoría merecedor de ese “cariñoso” apelativo.
Sus clientes le identifican con el arco iris cada vez que entra por la puerta, y algunos se han dirigido a su superior para aconsejarle que asesore a su empleado sobre su vestimenta a la hora de ir a trabajar.
Eso sí, una vez criticada la vestimenta del trabajador todos reconocen que es un buen profesional, y que vendería mucho más si combinara con algo más de gusto su vestuario, o si lo renovara por completo.
Si es que los directores de Recursos Humanos piden demasiado, por lo menos los clientes del “colores”.
http://www.rrhhdigital.es/noticia_ampliada.asp?id=19152
Una encuesta muestra cómo no se debe vestir para ir a trabajar
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