Complicado está el negocio de la formación directiva. Si hace poco relatábamos las incidencias acaecidas en un centro de formación de postgrado, ahora nos enteramos que un centro de estudios universitarios ha puesto en la calle al director de su Escuela de Negocios, que no llevaba demasiado tiempo en el cargo.
No entramos en si la gestión de este directivo era buena o mala, lo que sí imaginamos es que los números no debían acompañarle; aunque tampoco es algo que pueda sorprender a nadie: demasiada oferta, cada vez menos natalidad y el mismo –o más- pastel a ser vendido todos los años. ¿A quién es más fácil quitar de en medio?
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