Parece ser que, ante la negativa de la organización a permitirle la entrada al evento, ofreció pagar las entradas al doble de su precio, pero ni por esas. Y es que la historia siempre pasa factura, y el sello de persona non grata tiene mucho peso, sobre todo si te lo pone alguien poderoso e influyente al que se le perjudicó seriamente años atrás.
En este caso, a pesar de tener enemigos por doquier, no debe ir muy lejos a buscar chivos expiatorios. Otra vez será.
Los comentarios están cerrados.