Movido se presenta el panorama para una Escuela de Negocios con sede en Madrid. Su actual Director General, nombrado hace pocos años para reflotar un negocio con tendencia a la baja, podría dejar en cuestión de días –si no lo ha hecho ya- su sillón vacante. También podría ser que este sillón ya tuviera nuevo inquilino, algo que podría hacerse público también en cuestión de pocos días.
Una cosa está clara: si alguien llega nuevo a una empresa, y además ocupa un cargo de responsabilidad, no suele venir sólo, sino con séquito. Otra cosa no está clara: si el director saliente fue capaz de aumentar la cifra de negocio. Si la respuesta es negativa, la razón podría estar en no haber sabido rodearse de líderes.
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