Nuestro confidente no sabe si es motivado por la inexperiencia de esta neófita consejera, si es por desconfianza con sus subalternos y colaboradores, para poder ser utilizado en su contra el día de mañana, o por mala memoria, el caso es que ha pedido que cualquier comunicación con ella se haga siempre por escrito, vía e-mail.
Esta situación ha provocado un notable malestar entre los empleados, que no dudan en criticar esta y otras circunstancias en los corrillos que se forman a la hora del almuerzo.
Lo que no sabe nuestro confidente es lo que ocurre cuando el correo electrónico se estropea, cosa habitual en la empresa.
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