Según nos informan, este directivo lleva varios meses cerrando acuerdos con proveedores de diferente índole, cuya cuantía es más elevada que la prevista inicialmente. El protagonista sabe que su puesto en esta empresa ya tiene dueño, y que su presencia será inexistente a partir de mayo o junio, por lo que, según piensan los más malpensados, estos acuerdos se convertirán, a buen seguro, en una losa para la empresa y para su sucesora en el puesto.
Puede ser que el consejero delegado no sepa lo que es un despido fulminante o que los acuerdos sean muy ventajosos para la empresa.
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