Independientemente de que el público objetivo no es el mismo, la obsesión de este ejecutivo porque las escuelas de negocio sean prescriptoras de sus productos le lleva, incluso, a viajar por estas tierras de España ofreciendo esta posibilidad a los atónitos directores que no entienden nada.
Que los alumnos no son empresas es algo que parece claro a todo comercial que se precie, y que el negocio de las escuelas es la venta de master y cursos es algo que no se le escapa a cualquier espabilado vendedor, excepto a este viajero y obsesionado director comercial que, a cualquier precio, quiere que las escuelas de negocio prescriban sus productos.
Suponemos que no será porque la empresa vaya mal, o porque, con tanto viaje, cargue de puntos su tarjeta Iberiaplus.
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