Tan dura es la competencia y tan difícil es el mercado de los RR.HH. que hasta los más grandes tienen que tirar los precios por los suelos para poder trabajar.
La situación es la siguiente: un servicio regional de salud convoca un concurso para evaluaciones masivas en su zona de influencia. Se presentan tres empresas, dos de ellas muy conocidas. La más conocida y prestigiosa de todas, multinacional ella, echa por los suelos las aspiraciones de las otras dos presentando una oferta imposible de rechazar; precios que, rozando el límite mínimo que supondría su exclusión del concurso, nunca se hubiera imaginado nadie que esta empresa podría presentar.
De hecho, una de las otras dos concursantes nunca se hubiera planteado trabajar con semejantes precios. Precios que son incompatibles con el argumento comercial de que una selección y evaluación de calidad sólo es posible con precios de venta elevados, argumento esgrimido por muchas empresas de primera fila, incluida esta a la que nos referimos.
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