Se trata de una multinacional del sector del gran consumo, en la que los empleados tenían, hasta hace poco, el derecho a recibir un paquete de productos de la propia compañía de manera totalmente gratuita, todos los meses. Hasta que este directivo, imaginamos que siguiendo instrucciones de los mandos superiores, decide suprimir dicho derecho. Si quieren algo, que lo paguen, debieron pensar, que no está el horno para bollos.
Si calculamos que lo que se regalaba a cada empleado podía tener un valor en el mercado de unos 50 euros, y sabemos que la empresa tiene unos cuantos miles de empleados en plantilla, la cantidad a desembolsar mes a mes podría ser demasiado sustanciosa en periodos de ajustes y reestructuraciones.
Lo raro es que la medida afecte a todos los trabajadores menos al propio impulsor y/o ejecutor.
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