Es más, no existía ni un simple contrato que ligara a editor y colaborador; sin embargo, esta circunstancia no era impedimento para que esta persona amenazara con acciones legales a su colaborador si este intervenía en otros foros de opinión.
Incluso, nos cuenta el amenazado, llegó en una ocasión a proponerle "salir a la calle" para quitarle a puñetazos las ganas de participar en otros medios.
Curiosa manera de fidelizar.
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