Hace ya tiempo que se firmó el contrato, según el cual, se tenían que pagar, progresivamente, ciertas cantidades aplazadas. Se hizo frente a los dos primeros pagos y, después, si te he visto no me acuerdo.
El editor no sólo no paga, sino que, además, se permite la licencia de ir amenazando con correos insultantes y provocadores a quien se atreve a opinar sobre la cuestión.
El tema está caliente. Cercano a un futuro ejecutivo que, desde luego, se presenta excelente y excitante.
Sobre todo para los jueces
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