Según hemos podido saber, cada vez que un proveedor se deja caer por esta empresa, este avispado empleado le propone, a cambio de defender y apoyar su oferta ante la dirección, embolsarse una importante comisión. Si el proveedor no acepta, lo tiene difícil. Como es obvio, nuestro confidente no aceptó, ya que sus productos de alta calidad no necesitan ser defendidos por ningún aprovechado.
Lo curioso de la situación es que esta información fue trasmitida a un directivo de la empresa y, a día de hoy, no ha hecho absolutamente nada para solucionarlo.
¿Será que es socio del comisionista?
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