Independientemente de lo ilegal que podría resultar ese pacto de unificación de tarifas, y de lo perjudicial que sería para sus clientes, parece ser que una de las empresas asociadas, a la que se le solicitó una oferta económica, no sólo no respetó el presunto acuerdo sino que, además, redujo el precio de venta muy por debajo de lo que las distintas comisiones con las que cuenta la asociación pretendían, rayando eso que se conoce como dumping (método de competencia desleal que se produce cuando una empresa, en un esfuerzo por ganar cuota de mercado, baja sus precios con el objetivo de eliminar a sus competidores).
Conocida la existencia de un judas, esta asociación debería tener más cuidado a la hora de buscar y seleccionar nuevos asociados, así como de establecer pactos que limiten la libre competencia a la que tienen derecho sus clientes y el mercado en general.
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