Esta compañía, líder destacada en su sector, “recomendaba” a sus empleados que, antes de irse a casa al finalizar la jornada, dejaran alineadas las pantallas planas de sus ordenadores para no romper la estética de su lugar de trabajo.
Según nos han contado, el diseño de los despachos, a base de mamparas de cristal, permitía observar las pantallas alineadas a modo de formación militar, lo que debía agradar a la dirección de esta organización.
Imaginamos a los empleados observando la perspectiva desde el fondo del pasillo. Y cuidado con no dejarlas bien alineadas… que podían ser apercibidos. Siendo tan estrictos en lo decorativo, mejor no pensar que pasaría si no cumplieran sus objetivos comerciales, por ejemplo.
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