Al cierre de varias de sus oficinas en España se unen otras dificultades serias, como son la ruptura con su socio extranjero y el hecho de que la perdida de su marca sea inminente.
Pero no son estos sólo los problemas que se avecinan: también la perdida gradual de todos los productos que comercializa, así como su licencia de distribución, que pasará a manos del original propietario, que ya está implantado en España desde mediados del 2005.
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