Las Navidades son el mejor momento del año para aprovechar a comer todo lo que uno pueda y más. Sin embargo, nada más llegar el 1 de enero las dietas se ponen a la orden del día.
Por esto este grupo de periodistas no puede ni siquiera acercarse a cualquier dulce más. No es el primer día que alguien trae alguna pasta o dulce a la oficina, pero hay un grupo reducido del equipo que se niega en rotundo a comer entre horas, especialmente dulces. Se acabó. Ni uno más.
No sabemos hasta cuándo durará este estricto régimen, pero al menos hasta que los pantalones antigüos vuelvan a entrar en sus cuerpos, todo se mantendrá de esta manera.