Jamás morder el polvo había tenido un sentido tan literal en la vida de este grupo de periodistas. Después de unas agradables vacaciones navideñas, toca volver a la realidad, pero no se imginaban que iba a ser de esta forma. La empresa pactó una remodelación de la oficina y aún quedan algunas secuelas de la construcción: polvo por todas partes. Por eso, el regreso ha sido algo aparatoso, ya que se han visto enfrascados en un zafarrancho de limpieza antes de volver a sus respectivos puestos de trabajo.
Eso sí, la remodelación merecerá la pena, sin duda.