Esta directiva ha vivido una experiencia sin igual. De un momento a otro, parece que ha retrocedido años atrás en el tiempo para ponerse frente a un ordenador a jugar a videojuegos. ¿Quién se lo hubiera imaginado? Ella ya os adelantamos que no. Ha vuelvo por unas horas a su infancia participando, nada más y nada menos, que en eSports. Una competición en la que ha disfrutado y se ha sorprendido gratamente y de la que ha sacado grandes conclusiones porque, si antes los videojuegos eran, en esa inocencia de niños, tan solo un juego para entretenerse, a estas edades estos videojuegos se han convertido en todo un ejercicio de entrenamiento de soft skills: desde trabajo en equipo, escucha activa, proactividad… hasta la resiliencia.
Toda una jornada en la que el juego y el aprendizaje han formado el tándem perfecto 🙂
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