La larga ola de calor que invadió al país durante los meses de verano ha hecho que nos acostumbremos a llevar ropa ligera y a confiarnos con la temperatura. Unas nubes en el cielo ya no atemorizan a nadie, pero, poco a poco, la época de lluvias y borrascas aterriza a la península, y un importante director de RRHH lo ha vivido de lleno.
El camino a la oficina ha sido un infierno para él, que ha experimentado la llegada de las lluvias de forma muy personal. Con poco tiempo para prepararse para un próximo evento, el director ha tenido que rescatar un calefactor antiguo y poner a secar sus ropas a la vieja usanza, además de ir a un supermercado cercano a comprar una camisa apropiada para el resto de jornada.
Está claro que, a partir de ahora, llevará una mochila con ropa de recambio por lo que pueda pasar en el futuro.
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