Tiene unas dotes de comunicación y de síntesis expléndidas, de hecho, las cámaras la adoran, sin embargo, no es un amor muy recíproco. En vídeo admite sentirse más tranquila, pero cuando llega el momento de hacer una fotografía, sus miedos despiertan e intenta huir del objetivo. Confiesa no ser fotogénica, algo que nos pasa a muchos, y poco a poco deberá enfrentarse a su temor y hacerse con el poder porque, seguramente, no será la primera ni la última vez que tenga que enfrentarse a esta pequeña maquinita.
Tanto photoshop, filtros y anuncios que distorsionan la realidad han hecho mucho daño, pero eso desde aquí lanzamos un mensaje alto y claro: ¡Qué viva la naturalidad!
Los comentarios están cerrados.