Playa, cervecita, toalla… parece un plan perfecto, ¿no es así? Pues no debe ser así para nuestro protagonista quien reconoce odiar el tacto con la arena, el calor que emiten los granos arenosos en verano y la sensación de suciedad que deja en el cuerpo. Ese plan perfecto para el resto de la humanidad es casi casi una pesadilla para este director de RRHH que, muy a su pesar, es obligado a ir a la playa.
Y muchos pensarán… ¡menuda obligación!
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