Esta directiva, asociada en su día al sector de los RRHH, no tiene reparos en admitir uno de sus pocos defectos: es olvidadiza. Pero lo es hasta el extremo de no reconocer a compañeros de trabajo, con los que está codo con codo a diario. Lo cuenta como anécdota, lo tiene ya asumido e incluso se ríe de ello.
¡Y es que a reirse y ser feliz, no le gana nadie!
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