Nadie sabe aún cómo es capaz de perder siempre el avión de vuelta. Nunca le verás llegar tarde a una cita empresarial, eso sí, una vez que entrais en la sala, no sabrás cuando saldrás, porque una vez que empieza a hablar…¡no hay quien le pare!
Tanto es así que finalmente, cuando quiere darse cuenta, mira su reloj y…»¡Oh! Hace dos horas que salió mi avión, qué despiste!» y, su coletilla final: «¡Es que el tiempo se pasa volando!!».
¿Una recomendación? Si quedas con él, no hagas planes para después…
Los comentarios están cerrados.