Su facilidad para proponer ideas, diferentes, diversas y numerosas, y su capacidad para ponerse de acuerdo aún con esa cantidad de conceptos diferentes que aparecen en las tormentas de ideas, les ha servido para ganarse el apodo de ‘reyes del brainstorming’. Y es que aportar ideas, sean originales, buenas, malas… o incluso estúpidas, es la especialidad de este grupo de trabajo.
¡Más y más ideas!
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