Eso le dicen sus amigos, conocidos y compañeros. Que desde hace un tiempo a esta parte, este director de RRHH se ha vuelto más pijo de lo que era, dicho con todo el cariño del mundo. Y es que ha pasado de la camiseta y el polo a la camisa y los zapatos en un cambio que ha levantado expectación dentro de su entorno. Quién sabe el porqué…
¡Será cuestión de épocas!
Los comentarios están cerrados.