Pese a que nuestro protagonista sigue, y seguirá, ejerciendo como responsable de gestión de personas (y qué siga, porque lo hace muy pero que muy bien), ha decidido dedicar su tiempo a una de sus pasiones: el pan. Y es que ha abierto su propio negocio, una panadería de estas que están de moda, con sus panes de sabores, sus hogazas, su masa madre y su olor a obrador.
¡Y es que las pasiones siempre hay que vivirlas!
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