La nieve ha tenido la culpa. Tras muchos años moviéndose en coche -propio, ajeno, taxi…-, este director de RRHH no ha podido acceder a su vehículo en su regreso a la oficina y ha tenido que coger el metro por primera vez en un largo tiempo. Y es que Filomena, al igual que el coronavirus, ha venido para trasladarnos a una nueva normalidad que, por suerte, durará bastante menos que el maldito virus.
¡Por uno o dos días no pasa nada!
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