Cambiar de coche, a uno más modernos, suele ser sinonimo de alegría. Aunque la tristeza de separarnos de nuestro viejo ‘carro’ nos venga a la mente, lo normal es sentirse feliz por tener nuevo automóvil. No es el caso de este director general que se lamenta de dejar atrás su antiguo coche pese a disponer de uno, en teoría, más actualizado. Las razones son clara.
¿Cuáles serán?
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