Para gustos los colores. Algo que a la gran mayoría de personas les gusta siempre tendrá sus detractores. Esto le ocurre a nuestro protagonista con, probablemente, el lugar más característico del verano: la playa. Eso de mezclar sol con sudor, crema, arena y agua salada le pone muy nervioso; no le gusta. Por ello, no agradece más que un día nublado y una buena terracita.
¡También nos valen esos planes!
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