En pleno brain storming para decidir el nombre de un evento, a un de los participantes se le vino a la cabeza la creación de un Ministerio, ahora que está tan de moda, para decidir la nomenclatura de los diferentes actos, digitales ahora y presenciales después, que organiza esta compañía. Y sería un organismo con plenos poderes y con su propio comité… algo tan serio como lo es en la realidad.
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