«Estamos en economía de guerra», no para de decir. Pero no solo a sus trabajadores, compañeros y personas de confianza, directamente se lo dice también a sus clientes.
Y es que, estando como están las cosas, es mejor andarse sin paños calientes.
El coronavirus no es una guerra -que sepamos- pero está provocando la toma de decisiones y medidas de corte casi casi bélico (entiéndase la comparación).
Y en la guerra, ¿vale todo?
Los comentarios están cerrados.