Como si de un viaje en el mismísimo ‘Orient Express’ se tratase, estos directivos disfrutaron de una agradable comida en la réplica española del citado ferrocarril. Un menú selecto y apropiado a la atmósfera del lugar, les hacía retrotraerse hasta el siglo XIX.
¡Curiosa forma de pasar un agradable mediodía en Madrid!
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