Tal era el frío que hacía en esta oficina madrileña después de cuatro días de puente sin encender la calefacción que algunos de sus empleados aseguran haber visto pingüinos recorriendo el pasillo del espacio en cuestión. De nada sirvió poner la calefacción a una temperatura ‘sahariana’, el frescor nunca se marchó.
¡Manta, jersey e incluso abrigo!
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