Ni son vikingos, ni escoceses, ni mucho menos de Islandia. Son españoles y trabajan en una de las mejores aseguradoras de salud.
Pero cada viernes, a las once de la mañana, paran de trabajar, dejan su puesto de trabajo y unen sus aplausos y cánticos al son de un tambor. Se relajan, se evaden del estrés, hacen equipo y lo más importante, se ríen.
Ole por ellos. Bravo por ellos.
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