Tras una breve estancia en la RSC por culpa de una compra, nuestro directivo vuelve a los recursos humanos, que es lo que siempre le ha gustado, motivado y de lo que más sabe.
Se le da la bienvenida y se le espera con los brazos abiertos.
Eso sí, la RSC no la abandona porque, al igual que de RRHH, sabe un montón.
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