Después de muchos años al pie del cañón, este director de recursos humanos ha deicidido cambiar de aires, o de licores, y deja la empresa tras haber realizado muchas prácticas exitosas que han posicionado a la compañía como una de las buenas para trabajar.
El que sabe, sabe y, como en este caso, además lo demuestra.
¡Mucha suerte porque, aunque resulte paradójico, no se va a quedar en blanco!
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