Cuando se quita las gafas, esta directora de recursos humanos, no ve abolutamente nada. En eventos y reuniones lo pasa verdaderamente mal para reconocer caras, nombres y carteles.
Ya lo dice ella misma, ¡una auténtica Rompetechos!
Cuando se quita las gafas, esta directora de recursos humanos, no ve abolutamente nada. En eventos y reuniones lo pasa verdaderamente mal para reconocer caras, nombres y carteles.
Ya lo dice ella misma, ¡una auténtica Rompetechos!
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