No es que sintiera dolor, ni le molestara en exceso. Pero esta directora de recursos humanos ha decidido acabar de raíz con sus cuatro muelas del juicio. Por estética y por prescripción médica, está pasando unos días un poco más molesta de lo normal.
Y es que eso de no comer lo que quiera y, a ratos, mantenerse callada, no va con ella.
En breve, auguramos, volverá a ser la misma.
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