Ni corto ni perezoso, el conocido como el padre de la compensación, es capaz de cruzar los mares para disfrutar de una sesión de Jazz en la ciudad de Nueva Orleans. Y es que esta melodía le acompaña allá donde va y siempre saca un hueco para vivir en directo una de sus grandes pasiones. Y dónde mejor que en la cuna del jazz.
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