Que es un engreído, vanidoso, narcisista, ególatra y plagiador, ya lo sabíamos. Lo que acabamos de descubrir es que, también, es un analfabeto que desconoce el vocabulario admitido en la RAE y utiliza palabras inexistentes, seguro que para engolarse con su verbo escaso y pretencioso.
Y es que no hay nada como dar poder al que no lo tiene, por mucho que se «empodere» a sí mismo.
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