Y es que no hay domingo en el que este director de RRHH no se coloque el delantal para preparar el tradicional cocido madrileño. Pero no solo le gusta prepararlo, catarlo es uno de los mayores placeres para su paladar, un plato del que nunca se cansa y al que siempre recurre cuando tiene ocasión.
Cada vez que invita a sus compañeros a su casa no hace falta que pregunten el menú. Pero no negaremos que un cocido siempre es bien recibido, y más con este frio.
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